viernes, 11 de septiembre de 2015

TEMA MQV: Deja tus cargas en El

¡Qué mucho decimos que confiamos en Dios y que él está en control! ¡Qué mucho aconsejamos a otros que dejen sus cargas en el Señor! Como cristianos sabemos que esto es cierto, porque la palabra de Dios es verdad. Pero te has puesto a pensar honestamente, ¿lo crees? ¿Verdaderamente dejamos las cargas a Jehová? ¿Estamos capacitados para dejar ir y no seguir cargando con equipaje que solo nos detiene? ¿Podemos seguir nuestra vida en paz aun en medio de las tormentas?
Si eres sincero contigo mismo tal vez respondas no a alguna de esas preguntas. No estás solo, la verdad es que muchos cristianos se les hace difícil pasar del dicho al hecho cuando se trata de dejar sus cargas, preocupaciones y problemas en las manos de Dios. A veces recitamos la palabra, la declaramos con cierto miedo pero en el corazón dudamos y esto nos hace susceptibles.
Pero que pida con fe, sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento. Quien es así no piense que va a recibir cosa alguna del Señor; es indeciso e inconstante en todo lo que hace. –Santiago 1:6-8
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Somos fuertes en base a la fortaleza de nuestra fe. Podremos seguir adelante dependiendo de la confianza que tengamos en Dios y en su palabra. Seremos vencedores en la medida que podamos “soltar” nuestras cargas en él.
37 Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. –Romanos 8:37
La duda es una grieta en nuestras vidas. La falta de fe y nuestra resistencia hará que estemos mayor tiempo en el proceso, desierto u horno, como quieran llamarlo. Nuestra confianza y fe disminuyen al no tener el tiempo de cultivarla, al no dar tiempo para escuchar la palabra, leer y meditar en ella. Ahí es cuando nos ahogamos en las responsabilidades y nos olvidamos de aquel que nos invitó a dejarle las cargas.
47 Voy a decirles a quién se parece todo el que viene a mí, y oye mis palabras y las pone en práctica: 48 Se parece a un hombre que, al construir una casa, cavó bien hondo y puso el cimiento sobre la roca. De manera que cuando vino una inundación, el torrente azotó aquella casa, pero no pudo ni siquiera hacerla tambalear porque estaba bien construida. 49 Pero el que oye mis palabras y no las pone en práctica se parece a un hombre que construyó una casa sobre tierra y sin cimientos. Tan pronto como la azotó el torrente, la casa se derrumbó, y el desastre fue terrible.» – Lucas 6:47-49
No es fácil, el trabajo, los niños, la familia, finanzas y criminalidad, entre otras tantas cosas, nos empuja a caer en una rutina. Es en la rutina de las obligaciones, y es con el deseo legítimo de querer cumplir con todas nuestras tareas a la perfección lo que a su vez nos va alejando del tiempo de intimidad con Dios. Lamentablemente, entre tantas cosas por hacer cuando el tiempo se queda corto lo primero que cortamos o de lo cual prescindimos es del tiempo con el Señor. ¡Error craso! Si, yo también he caído en eso, y regreso a los pies de mi Señor arrepentida de haberlo desplazado. En un tiempo u otro, todos hemos pecado de lo mismo. Como hijos de Dios tenemos la intención y el deseo de intimidad con el pero esto no es suficiente, recuerden lo que dijo Jesús;
38 Vigilen y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil.» – Marcos 14:38
Por tanto te invito a que hagas un alto en la rutina. Haz puesto trabajo sobre trabajo, preocupación sobre preocupación, ansiedad sobre ansiedad, enojo sobre enojo, escasez sobre escasez. Haz dejado acumular muchas cosas, estas agotado física y mentalmente. Tu espíritu se ha ido apagando y ya no tienes fuerzas ni deseos de orar. Todas estas son señales de que necesitas reconectarte con la fuente, necesitas volver a los pies de Cristo Jesús.
22 Encomienda al Señor tus afanes, y él te sostendrá, no permitirá que el justo caiga     y quede abatido para siempre. –Salmos 55:22
»No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí. – Juan 14:1
En su presencia, pide perdón por distanciarte y permitir que otras cosas se interpongan entre tu y el. Pide perdón por la arrogancia de pensar que tienes que resolver todo tu solo. Pide perdón por el orgullo de no haberlo buscado antes que esa carga fuera insoportable.
El Señor dice: «Yo te instruiré,  yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré consejos y velaré por ti. No seas como el mulo o el caballo, que no tienen discernimiento, y cuyo brío hay que domar con brida y freno, para acercarlos a ti.»
Oración:
Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno te damos las gracias por abrir nuestros ojos a tu verdad. Te pedimos perdón por distanciarnos y por creer que somos autosuficientes, negándonos a tu ayuda. Gracias Señor porque tu levantas nuestras cargas en esta hora y no tenemos que andar derrotados por los problemas ni aflicciones. Te entregamos todas nuestras cargas, te pedimos paz para nuestros corazones y valentía para caminar en tu verdad. Cubre a nuestras familias y cúbrenos con tu sangre preciosa. En el nombre de Jesús. Amen.
Ahora respira profundo, siente como se levantan tus cargas y alaba a Dios.
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Si no le has entregado tu vida a Nuestro Señor Jesucristo, éste es el primer paso para la salvación de tu alma y para contar con el favor de Dios en todos tus caminos. Si la quieres hacer declara con tu boca esta oraciòn, me envias un mensaje y estare orando por ti. Bendiciones y paz amados hermanos.

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