GUERRA ESPIRITUAL PARTE 10
Espíritus que tratan de
impedir la propagación de la verdad
Estas fuerzas no solo están interesadas en propagar mentiras. sino también en
impedir la propagación de la verdad. Pudiera no ocurrírsenos con frecuencia,
pero hay fuerzas demoníacas asignadas a estorbar la predicación del evangelio.
Se las podría llamar antievangelistas espirituales, que hacen todo lo que está
a su alcance para impedir que los creyentes comuniquen el evangelio y que la
gente lo escuche.
Muchos de nosotros vemos la evangelización como algo que hacemos si tenemos la
oportunidad. Algunos recibirán nuestro mensaje y otros no. A veces no nos
sentimos con animo para evangelizar. Sabemos que tenemos la responsabilidad de
comunicar el evangelio, pero no somos muy entusiastas. ¿ se ha puesto a pensar
porque? ¿por qué se siente tan incomodo? Y ¿por qué no hay más gente que
responda cuando finalmente predicamos el evangelio? ¿pudieran haber fuerzas
espirituales obstaculizando nuestras actitudes y esfuerzos en la
evangelización?. Existe un sistema demoníaco procurando disuadirnos de que
evangelicemos. Estos seres dicen: “no seas un fanático de la Biblia. Tú no eres
evangelista. Haces el ridículo. La gente te rechazará. ¿por qué piensas que
tienes la razón y ellos no?. No lo hagas”
Dos cosas que aborrecen los demonios
Además de la intercesión, hay dos cosas en la vida del creyente que las
potestades de las tinieblas aborrecen, y son la humildad y la evangelización
eficaz. La humildad arranca las raíces del orgullo y el engaño en la vida de
quienes domina Satanás. El fue derrotado por la humildad de Cristo en la cruz.
Las potestades de las tinieblas también aborrecen la evangelización porque
invade su territorio.
Podemos tener toda clase de reuniones, servicios de cantos y sociedades para
recibir bendiciones. Al diablo lo tiene completamente sin cuidado. Pero si
entramos en su territorio y comenzamos a liberar las almas de su dominio,
tenemos que estar preparados para una guerra sin cuartel. El nos mentira
respecto a nuestra capacidad. Tratara de infundirnos miedo. Retendrá nuestras
finanzas para que no podamos ir al campo misionero. No se detendrá en nada para
impedirnos difundir el evangelio. No solo debemos aprovechar las oportunidades
que se nos presentan, sino que tenemos que asumir la ofensiva. Tenemos que
tomar la determinación de predicar el evangelio.
De acuerdo con Lucas 10:2. “la mies a la verdad es mucha, más los obreros
pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envié obreros a su mies”. Nunca
debemos suponer que la predicación del evangelio sea suficiente. Ni tampoco es
suficiente cuando enviamos a más personas. No importan cuantas personas
respondan al llamado de Dios de “ir por todo el mundo” los obreros son todavía
pocos a la luz de las fuerzas de las tinieblas que procuran impedirlo. Los
obreros serán “pocos” mientras quede una sola alma que salvar.
¿Debiera desanimarnos esto?. No. Pero tenemos que aprender que no podemos
separar la guerra espiritual de la evangelización mundial. ¿qué podemos hacer?
¿solo orar y reprender al diablo?. Si estamos en una habitación oscura, no
reprendemos la oscuridad. Encendemos la luz. Si queremos quitar la oscuridad
del mundo, debemos hacer todo lo que esta a nuestro alcance para encender la
luz de Jesucristo. Debiéramos cantar, predicar, escribir, dramatizar; es decir,
hacer lo que sea necesario para proclamar el evangelio. Nunca debiéramos
oponernos a ningún método si proclama la verdad. Y continuamente debemos estar
ocupados en la guerra espiritual juntamente con la evangelización. “Así que
hermanos míos amados, estad siempre firmes y constantes, creciendo en la obra
del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano” ( 1
Corintios 15:58)
Componente 3: Ataque sobre el individuo
La tercera fuerza de asalto a favor del reino de las tinieblas es llevada a
cabo por los espíritus malignos. Estos espíritus no están interesados en las
zonas geográficas, ni en el comunismo, sino en el individuo. Los espíritus
malignos ejercen su influencia sobre la conducta individual. Ya hemos visto que
los demonios trabajan en las personas a través de : la mente, el corazón y la
boca. Los espíritus tentadores fomentan el pecado y si salen airosos, llevan a
la gente a la esclavitud.
Es interés de estos espíritus no es un grupo, sino un individuo. Así como hay
Ángeles guardianes para cada creyente, podemos pensar que así mismo hay un
demonio asignado a cada uno de nosotros. Esto no debiera alarmarnos, porque
somos protegidos por el poder de Dios si hemos aceptado a Jesús como nuestro
Salvador. No obstante. Satanás esta interesado en el individuo.
Los espíritus malignos procuran ejercer su influencia sobre nuestra conducta.
Somos tentados constantemente para hacer el mal por la presión del enemigo
sobre nuestros pensamientos, actitudes, apetitos y voluntad. Pero note que es
una influencia y no una causa. Flip Wilson tenia una rutina popular en la
década de los sesenta llamada: “¡ el diablo me obligó a hacerlo!”. Esto pudiera
ser buena comedia, pero no es verdad. La gente afirma ser impotente pero no lo
es. Por ejemplo. Un cleptómano no roba cuando sabe que lo están vigilando.
Descenso a la esclavitud
Sin embargo, existe una progresión. Todo lo malo comienza con una influencia.
Somos tentados; sentimos deseos de hacerlo. Podemos pedir la gracia de Dios y
rechazarlo o podemos consentir. Si cedemos a la influencia , cargamos un “peso
en nuestra voluntad”. Será más fácil cometer ese pecado la segunda vez. Con
cada repetición el pecado se vuelve más fácil, conforme comenzamos a adormecer
nuestra conciencia. Podemos llegar al punto donde el pecado ya no parece malo.
Así es como un asesino a sueldo puede matar a alguien y después ir a disfrutar
una buena cena. Ya no le molesta más.-
Si continuamos en la maldad, desarrollamos “hábitos de pecado”. Los hábitos
pueden ser muy fuertes. Dos errores comunes ocurren en este punto. Primero:
llegamos a convencernos que es nuestra naturaleza básica y que no tiene cura.
Segundo: pensamos que estamos poseídos. Esto no es verdad no estamos poseídos
aún. Es solo un habito, profundamente arraigado, como muchas otras cosas que
hacemos sin pensarlas. Por ejemplo: conducir un auto en Nueva Zelanda, es muy
interesante volante está al lado derecho en vez del lado izquierdo, salir del
flanco de la acera hacia la derecha y tener que concentrarse para quedarse en
el carril izquierdo, sencillamente uno no puede conducir por el lado derecho.
Pero no está acostumbrado a hacerlo por el lado izquierdo. No lo puede
remediar. Toda la vida lo hizo por el lado derecho. Es un habito , es una
costumbre. Uno puede decir: no lo puedo remediar, tengo debilidades. No puedo
cambiar inmediatamente. ¿podría conducir por el centro un tiempo hasta que me
acostumbre?.
No, no puede hacerlo. Uno decide manejar por el lado correcto, se adapta a la
manera correcta y a la ordenanza del lugar. No hay “demonio de conducir por el
lado derecho” del que necesite ser liberado. Sencillamente se “rompe el habito”
de años. Los patrones habituales pueden ser profundos, pero pueden ser rotos
por la gracia de Dios y nuestro compromiso a hacerlo.
Sin embargo, si continuamos en un habito de pecado, podemos desarrollar una
atadura. Una atadura significa que existe un elemento sobrenatural en nuestro
problema. El enemigo tiene ahora un asidero en una función de nuestra
personalidad. Hemos hablado tradicionalmente de gente oprimida o poseída. Pero
dejamos de utilizar estas palabras porque es difícil definir dónde termina una
y comienza la otra. La palabra “poseído” no aparece en las escrituras
originales; la palabra es sencillamente “endemoniado”. A esto llamo una atadura
Es posible tener una atadura que no consuma totalmente su personalidad y
función; estar solamente atado en cierta parte de su personalidad. Cualquiera
sea la atadura y el grado, si usted está atado, necesita ser liberado en el
Nombre de Jesús.
La Guerra Espiritual se ocupa de dos niveles: el nivel mayor o cósmico, y el
nivel individual, el personal. Cuando enfrentamos el reino de las tinieblas,
nos enfrentamos a los gobernadores, los principados y las potestades en
naciones, grupos sociales y en las estructuras de autoridad. Y debemos liberar
de las ataduras a los individuos mediante la oración, la intercesión y el
ministerio personal. Estamos firmes contra las influencias malignas en sus
vidas así como en las nuestras. Debemos proceder con resolución en nuestros
esfuerzos por comunicar el evangelio y llevar la luz dondequiera que haya
tinieblas. No es una tarea demasiado grande, si seguimos aprendiendo lo fuerte
que podemos ser en el Señor. Podemos llegar a ser hombres y mujeres que ejerzan
la autoridad de Dios, y alcanzar victorias en todos los niveles.
Conociendo y Reconociendo la obra del Enemigo
Todo lo visto nos da la pauta de la necesidad de conocer y reconocer las
“artimañas del enemigo”. No solo como el enemigo opera en las distintas áreas
de la vida personal, sino también, en las áreas geográficas.
Debemos conocer sobre como realizar una “cartografía espiritual” en el lugar
donde vivimos y conocer sobre las raíces del lugar, para identificar que tipo
de “principados”, “gobernadores”, “potestades” y “huestes de maldad” hay en la
región.
Solo la “obediencia”, la “sujeción”, la “dedicación” y la “intimidad con Dios”
nos da la libertad de poder usar con eficacia la “autoridad delegada” sobre
Satanás a través del sacrificio de Jesucristo en la cruz del Calvario.
El llamado a la intercesión y el clamor, es algo que Dios esta realizando cada
día para la salvación de las almas atadas por los poderes de las tinieblas.
Todo creyente se encuentra en una batalla, lo asuma o no, lo entienda o no,
cada día es responsable por las almas que lo rodean y como hemos visto, aun por
las almas del mundo entero, ya que la oración alcanza los lugares más
impensado.
ASÍ SE MUEVE EL ENEMIGO.......
RESPETANDO RANGOS DE
AUTORIDAD..........
FORTALEZAS Y AGRUPACIONES
Soberbia: orgullo, perfeccionismo, acusación, competición, burla, terquedad,
chisme, jactancia, sarcástico, auto exaltación, discriminación, etc..
Sordo mudo: locura, epilepsia, doble mente, suicidio, hiperactivo, auto
mutilación.
Letargo: alejamiento, mente atada, adormecimiento, olvido, estupidez, soñador,
trances, vagancia, confusión.
Adivinación: ocultismo, magias: blanca, negra, roja y otras, velos mágicos,
curanderos, parasicólogos, ocultismo, tarot, quiromancia, cartomancia,
horóscopos.
Espíritus Familiares: espíritus guías, maldiciones de brujos, y brujas, de
satanistas, de indígenas, de santerías, de origen, de vudú, de palabras
negativas, de otros o de uno mismo, espiritismo.
Miedo: inseguridad, inadecuado, complejo de inferioridad, preocupación, sensibilidad,
miedo a la autoridad, terror, horror, pesadillas, ataques de pánico, fobias,
ansiedad, nervios, abandono.
Pesadez: tristeza, rechazo, desesperación, lamentación, fatiga, culpa, auto
lastima, soledad, depresión, suicidio, imsomnia
Celos: impaciencia, amargura, decepción, codicia, control (Jezabel), venganza,
sospecha, enojo, rabia, odio, matanza, violencia, egoísmo.
Mentira: decepción, exageración, profano, hipocresía, auto-condenación, robo,
aislamiento, vanidad, chisme.
Anticristo: duda, incredulidad, rebeldía, brujería, auto-exaltación,
hechicería, pactos ancestrales, velaciones, ritos ocultistas y sectas
satánicas, esoterismo, metafísica, angiologia, yoga, mentalismo.
Pobreza: espiritual, física, material.
Ataduras: avaricia, glotonería, obesidad, adicción, anorexia, bulimia.
Enfermedad: artritis, asma, cáncer, muerte, dolor, circulación, huesos,
órganos, glándulas, enfermedad en la sangre, diabetes, etc.
Prostitución espiritual y carnal: culto, religiosidad, legalismo, idolatría,
debilidad emocional, fornicación, adulterio.
Perversión: lujuria, lesbianismo, homosexualidad, masturbación, sodomía,
bestialidad, violación a la niñez, incesto, incubo, subcubo, exhibicionismo,
pornografía, seducción, sensualidad, masoquismo, orgías, sadismo, fetichismo,
manoseo y toda impureza sexual.
Estas son algunas de las “fortalezas” demoníacas con las que cuenta el ejercito
enemigo para batallar a los hijos de Dios y para someter a la humanidad que no
conoce al Redentor Jesucristo.
Entiéndase que hablamos de “fortalezas” y de “agrupaciones de demonios”, los
que se unen y fortalecen conforme al pecado o la puerta abierta en las
personas. Cada fortaleza es comandada por un “hombre fuerte”, el cual hay que
atar antes de entrar en batalla espiritual, en la oración a favor de la persona
o en la intercesión estratégica.
Animamos a los lectores a la oración dirigida por el ESPÍRITU SANTO, para una
revelación de mayores detalles y saber que hay más por saber, esto no es todo,
siempre Dios tiene más para los que “buscan, piden y están dispuestos a
recibir”.
DIOS BENDIGA CADA INTERCESOR Y GUERRERO LLAMADO A PELEAR LA BUENA BATALLA.....