GUERRA ESPIRITUAL
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La Guerra Espiritual no es un mito, ni una
invención de los Cristianos Evangelicos, es una realidad de nuestros dias y
cada vez más real. Dado que necesitamos conocer las artimañas del enemigo,
aqui encontrará detalles que le ayudarán para orar con sabiduria. Es una arma de la
Intercesión eficaz.
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Este estudio es creado para dar al pueblo de Dios, los conocimientos sobre
la guerra espiritual, de modo, que pueda desarrollar estrategias contra Satanás
y sus aliados y conquistar así, su ciudad para Cristo.
Para entender el propósito de la guerra espiritual, debemos comprender que la misión más importante de todo cristiano, es hacer discípulos a las naciones. (Mateo. 28:19).
Este es un mandato que muchas iglesias toman muy en serio y ponen todo su empeño en hacer campañas, brigadas evangelisticas, visitación casa por casa, etc., sin obtener los resultados deseados.
¿Por qué suceden estas cosas?
La Biblia dice que el mundo esta bajo el maligno (1 Juan 5:19). Por eso al predicar el evangelio se produce un choque de verdades que debe ser acompañado por un choque de poderes, dado que Satanás y su ejercito. Controlan la mente de los incrédulos para que la luz de Cristo no resplandezca sobre ellos. (2 Cor. 4:4).
En el transcurso de este estudio, vamos a ver como operan estas fuerzas del mal y como podemos detenerlas.
Una breve reseña Bíblica nos ayudará a entender mejor el carácter guerrero de los hijos de Dios.
Cuando los israelitas salieron de Egipto, lo hicieron con la esperanza de llegar a la tierra que Dios les había prometido, en la cual fluía leche y miel. Esa era la clase de tierra que Dios quería para ellos, pero debían conquistarla, pues estaba ocupada por otros pueblos.
“Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tu y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel”. (Josué 1:2).
También dice:
“Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie”. (Josué 2:3).
En pocas palabras. Ellos tenían que poseer la tierra; enfrentarse a sus enemigos y despojarlos de ella.
Por otro lado, en el Nuevo Testamento, encontramos muchas evidencias de que la iglesia, a pesar de vivir bajo un nuevo y mejor pacto, no perdió el carácter de pueblo guerrero. Para citar un ejemplo vamos a tomar lo escrito por el Apóstol Pablo, a hermanos que vivían en Efeso. (Efesios 6:12)
“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes de maldad en las regiones celestes.
En estos tiempos Dios está levantando intercesores de guerra en todo el mundo que oran y claman por las almas perdidas.
Nuestra tarea como iglesia de Jesucristo, es “rescatar a las almas cautivas e impedir que el enemigo avance sobre nuestras ciudades”......
DEFINICIONES:
Se denomina Guerra Espiritual a la confrontación de poderes espirituales, donde Dios manifiesta su soberanía y poder, por medio de la iglesia sobre Satanás y el mundo. Según Efesios 6: 12,13.
La Guerra Espiritual, no es un fin en si misma, sino, un medio por el cual la iglesia en su conjunto prepara el campo para la evangelización a través de la oración de guerra, dado que el enemigo cegó el entendimiento de los incrédulos, tal como dice la Palabra de Dios.
( 2 Cor. 4: 3,4 . “Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”).
Dicho en otras palabras, la guerra espiritual es el elemento necesario para preparar el terreno y así poder plantar la semilla del evangelio.
(“Jeremías 1:10, dice: Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar”).
El objetivo de la Guerra Espiritual, no es destruir a Satanás o a los principados y potestades, sino, rescatar a aquellos que están bajo su dominio, rompiendo todo tipo de maldiciones y ataduras. Esto quiere decir que nuestra atención debe estar centrada en las personas y no en el diablo.
(“Juan 10:10, dice: El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia”).
Debe interpretarse que lo más importante para Jesús es dar vida eterna a los hombres y no destruir al diablo. Su destrucción es algo que está reservado para el día en que será arrojado en el lago de fuego y azufre.
(“Apoc. 20:10. dice: Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos”).
La motivación no debe ser el odio a Satanás, sino el amor a las almas.
Esto es lo que la Palabra de Dios nos dice en Mateo 22:39 “ Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
Si tenemos odios a Satanás, no podemos hacer guerra espiritual contra él, porque este sentimiento no procede de Dios. No debemos confundir odio con justicia. Lo único que debe motivarnos es el amor por los que se pierden.
Para entender el propósito de la guerra espiritual, debemos comprender que la misión más importante de todo cristiano, es hacer discípulos a las naciones. (Mateo. 28:19).
Este es un mandato que muchas iglesias toman muy en serio y ponen todo su empeño en hacer campañas, brigadas evangelisticas, visitación casa por casa, etc., sin obtener los resultados deseados.
¿Por qué suceden estas cosas?
La Biblia dice que el mundo esta bajo el maligno (1 Juan 5:19). Por eso al predicar el evangelio se produce un choque de verdades que debe ser acompañado por un choque de poderes, dado que Satanás y su ejercito. Controlan la mente de los incrédulos para que la luz de Cristo no resplandezca sobre ellos. (2 Cor. 4:4).
En el transcurso de este estudio, vamos a ver como operan estas fuerzas del mal y como podemos detenerlas.
Una breve reseña Bíblica nos ayudará a entender mejor el carácter guerrero de los hijos de Dios.
Cuando los israelitas salieron de Egipto, lo hicieron con la esperanza de llegar a la tierra que Dios les había prometido, en la cual fluía leche y miel. Esa era la clase de tierra que Dios quería para ellos, pero debían conquistarla, pues estaba ocupada por otros pueblos.
“Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tu y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel”. (Josué 1:2).
También dice:
“Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie”. (Josué 2:3).
En pocas palabras. Ellos tenían que poseer la tierra; enfrentarse a sus enemigos y despojarlos de ella.
Por otro lado, en el Nuevo Testamento, encontramos muchas evidencias de que la iglesia, a pesar de vivir bajo un nuevo y mejor pacto, no perdió el carácter de pueblo guerrero. Para citar un ejemplo vamos a tomar lo escrito por el Apóstol Pablo, a hermanos que vivían en Efeso. (Efesios 6:12)
“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes de maldad en las regiones celestes.
En estos tiempos Dios está levantando intercesores de guerra en todo el mundo que oran y claman por las almas perdidas.
Nuestra tarea como iglesia de Jesucristo, es “rescatar a las almas cautivas e impedir que el enemigo avance sobre nuestras ciudades”......
DEFINICIONES:
Se denomina Guerra Espiritual a la confrontación de poderes espirituales, donde Dios manifiesta su soberanía y poder, por medio de la iglesia sobre Satanás y el mundo. Según Efesios 6: 12,13.
La Guerra Espiritual, no es un fin en si misma, sino, un medio por el cual la iglesia en su conjunto prepara el campo para la evangelización a través de la oración de guerra, dado que el enemigo cegó el entendimiento de los incrédulos, tal como dice la Palabra de Dios.
( 2 Cor. 4: 3,4 . “Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”).
Dicho en otras palabras, la guerra espiritual es el elemento necesario para preparar el terreno y así poder plantar la semilla del evangelio.
(“Jeremías 1:10, dice: Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar”).
El objetivo de la Guerra Espiritual, no es destruir a Satanás o a los principados y potestades, sino, rescatar a aquellos que están bajo su dominio, rompiendo todo tipo de maldiciones y ataduras. Esto quiere decir que nuestra atención debe estar centrada en las personas y no en el diablo.
(“Juan 10:10, dice: El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia”).
Debe interpretarse que lo más importante para Jesús es dar vida eterna a los hombres y no destruir al diablo. Su destrucción es algo que está reservado para el día en que será arrojado en el lago de fuego y azufre.
(“Apoc. 20:10. dice: Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos”).
La motivación no debe ser el odio a Satanás, sino el amor a las almas.
Esto es lo que la Palabra de Dios nos dice en Mateo 22:39 “ Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
Si tenemos odios a Satanás, no podemos hacer guerra espiritual contra él, porque este sentimiento no procede de Dios. No debemos confundir odio con justicia. Lo único que debe motivarnos es el amor por los que se pierden.
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